martes, 7 de agosto de 2007

lectura de verano


Hacia ya casi dos años que Victor me había regalado el libro. El verano pasado lo cargue en la mochilla y me lo pensaba leer durante la travesia hacia la península, pero Marina no tenia nada para leer y se lo preste. Este año me lo lleve de nuevo a mis minivacaciones ... y me enganchó. Es increible cuando un libro tiene esa fuerza. No paras en todo el dia de pensar en sus personajes, en sus historias ... necesitas volver a abrir el libro y seguir con la historia. Es fantástico cuando un libro te produce esto. Es genial cuando al terminar el libro te queda una sonrisa tonta en la cara y te lo quedas mirando un buen rato, recordando toda la historia, queriendo conocer a los personajes ... que buena es la lectura de verano.

Un hombre joven, tocado ya de algunas canas, camina por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza y un sol de vapor que se derrama sobre la Rambla de Santa Mónica como una guirnalda de cobre líquido.

Lleva de la mano a un muchacho de unos diez años, la mirada embriagada de misterio ante la promesa que su padre le ha hecho al alba, la promesa del Cementerio de los Libros Olvidados.

- Julián, lo que vas a ver hoy no se lo puedes contar a nadie. A nadie.
- ¿Ni siquiera a mamá? - inquiere el muchacho a media voz.

Su padre suspira, amparado en esa sonrisa triste que le persigue por la vida.

- Claro que sí - responde -. Con ella no tenemos secretos. A ella puedes contárselo todo.

Carlos Ruiz Zafón
La sombra del viento

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